Oh mi rosa, mi hemosa rosa, No abandones mi camino, Que gracias a ti, Me escuché a mi mismo.
Me has mostrado estos, Con riquezas por medio, No es ni oro no plata, Lo que más importa, Sino lo que se adora.
En estos caminos, Hay un tesoro oculto, Es lo que todos adoran, Y en un buen augurio.
Rosa te pido, Ayudarme con algo, Con otro tesoro, Al que le pasa algo.
Oh rosa mía, Oh mi adorada, Ten en cuenta que el mundo, No es lo que aguardas.
De Occidente a Oriente, De norte a Sur, Prometeme que en mi muerte, Estaras tú.